Cardiff, 30 de enero de
2014
Hoy decidimos visitar
Gales, para lo cual, tomamos en tren que, otra vez, partía de la
termina de Paddinton. El tren, también de Great Western, llevaba muy
pocos pasajeros. El viaje fue cómodo y tranquilo, llegamos a Gales
en unas dos horas.
Ingreso al castillo de Cardiff |
El día bastante nublado
y neblinoso, no nos permitió apreciar con justicia la ciudad, que
nos pareció bastante gris.. una especie de Glasgow, pero menos
opulenta y lujosa. De la calle principal nos dirigimos la castillo de
Cardiff, muy interesante para visitar ya que ofrece información
interesante desde los tiempos en que fuera una muralla romana, las
invasiones normandas, hasta los lujosos tiempos vicotrianos en donde
la fascinación por la revolución tecnológica se contrapone a la
idealización de los tiempos medievales, y los túneles que mucho más
tarde sirvieron para que la población civil pudiera cubrirse de los
bombardeos en la segunda guera mundial. El paseo por estos pasillos,
recrea los sonidos y ofrece alguna escenografía que recuerda esos
terribles momentos, bastante traumáticos, por cierto.
El Torreón de Cardiff |
El torreón de antiguo
castillo medieval es una ruina parcialmente reconstruida que resulta
especialmente interesante porque se encuentra sobre una loma
importante y rodeado de u foso con agua, parece, en efecto, un
castillo arquetípico. Por las empinadas escalerasen caracol, puede
subirse hasta la parte más alta y tener una vista amplia de la
ciudad... no fue tanto en nuestro caso, porque la visivilidad del
día, dejaba bastante que desear. Se distinguía sí, con claridad,
el imponente Milenium Stadium.
La mansión victoriana
construida mucho despues,en estilo neogótico, es creo, una
idealización medieval. Destaco especialmente una bellísima a
bibloioteca...en la chimena, una interesante presentación de las
lenguas "antiguas" (griego, asirio, hebreo, jeroglífico y
runico) capturó por un ratonuestra atención.
Terminada la visita,
almorazamos en el restaurante de castillo, ya que era rico y
accesible. Compramos varios artículos de merchandising, hasta ahora
las cosas más bonitas que encontramos en el viaje. Entre ellas,
cruces celtas y un peluche dragón que se suma desde ahora a nuestro
viaje.
Dado que ya comenzaba a
caer la tarde, volvimos por la calle principal, de regreso a la
estación de tren. No aprendimos casi nada de galés y eso que toda
la cartelería y los mensajes alto parlante eran insistentemente
bilingües. En el tren ya, camino a Londres, vimos como la noche
cerraba la jornada.
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