Londres, 31 de enero de
2014
Día muy lluvioso, ideal
para descubrir el auténtico Londres, bajo la lluvia... así
arrancamos por la rivera del Támesis desde City of London hasta City
of Westminster. Es interesante observar la fluída cantidad de
ciclistas bajo la lluvia con sus pilotines amarillo fluo...
Caminado así, llegamos
al Tate Britain, gratuito aún como todos los museos nacionales aquí.
Como reza el slogan, pueden apreciarse aquí 500 años de historia
del arte británico, obviamente, la colección de Turner, vale
realmente la pena. Y las obras de Moore (sobre las que cierto
director había dicho que sus obras ingresarían en el Tate solo
sobre su cadaver) valen realmente la pena. El museo puede recorrerse
en dos horas... pero en rigor, es medio museo... la otra mitad se
completa en el Tate Modern, que habíamos visitado en otro viaje.
Para finalizar la vista, compre un delicioso librito sobre los
pre-rafaelistas.
Un auténtico Turner |
Luego quisimos ir hasta
Hyde Park en bus. Los buses, integrados al sistema de transporte de
Londres, utilizan la Oyster Card, pero a diferencia del underground,
solo se debe marcar una vez, ya que es un sistema de tarifa única
(el sistema de subte, descuenta todo el importe en el primer escaneo
y luego retorna la diferencia en el fichaje de salida, ya que las
tarifas difieren según el recorrido y el horario)
Bajamos con lluvia en
Marble Arch... The Speaker Corner estaba siendo refaccionada y el
Pizza Hut donde habíamos cenado en el viaje anterior, había
cerrado... el local estaba siendo transformado. Caminamos por Oxford
Street para hacer algunas compras. Cuando llegamos a Picadilly
Circus, hubiera estado completamente oscuro, si no hubiese sido por los
espectaculares carteles publicitarios luminosos.
Picadilly Circus al anochecer un día de lluvia |
El cielo fue poniendose
más negro y las ráfagas de viento comenzaron a hacer un poco más
complicada la caminata, nos acercamos a la orilla de Tamesis, la
iluminación reflejando sobre las aguas ¡nos hacía sentir adentro de
un Turner! Aún asi, y dando algunas vueltas llegamos a London Bridge
(Si, el de la canción)... junto al imponente edificio... desde
donde obtuvimos una hermosa vista de Tower Bridge. Finalmente,
esquivando los prestigiosos fantasmas de la legendaria Torre de
Londres, nos sumergimos en underground, para regresar a Blackfriars.
Hacía frío y seguía lloviendo.
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