30 de enero de 2008, Valle Grande, Cañón del Atuel
El día amaneció soleado, decidimos hacer un trekking a cuatro cascadas. La caminata resultó muy agradable e interesante ya que nos permitió enteramos de algunas cosas como que los temblores se sienten menos en el Atuel que en Mendoza o en San Rafael o que la ceniza volcánica que depositó el volcán Descabezado en 1932 sobre varias rocas del cañón, era comercializada por los lugareños como simil económico del polvo Odex para lavar platos,a aparentemente esa fue una de las razones por las que predio fue cerrado para permitir el acceso solo con guías autorizados por la secretaría de turismo. El guía decía que el sector estaba “privatizado” aunque, por supuesto se trataba de un error de concepto. Las intenciones de la “privatización” para el beneficio privado de unas seis agencias de turismo aventura de la zona, por lo menos pone cierto control a la escritura indiscriminada de piedras que afea tanto el paisaje por esas regiones. Por el trayecto avistamos unos pequeños cóndores que fueron traídos recientemente y parecen haberse adaptado bien, también identificamos algunas especies vegetales y como pueden ser utilizadas para la orientación observando como la parte de la planta que tiene más clorofila busca el norte hacia el que se encuentra el sol.
Cascadas, en realidad, no hay ninguna. Solo es posible intuir el curso de agua seco por el que en tiempos de lluvias abundantes o deshielos la caída de un pequeño caudal de agua.
Más tarde fuimos a una pequeña Bodega llamada Labiano, que prepara sus instalaciones para recibir contingentes de turistas, aunque tuvimos la suerte de estar absolutamente solos. Durante el recorrido vimos algunas maquinarias antiguas y modernas para la producción de vino y nos enteramos también de que las famosas bombas que se disparan para reducir el tamaño del granizo que sabe arruinar las cosechas no ha dado mucho resultado y tal es la razón por la cual los productores han preferido los costosos sistemas de “techado” de los cultivos con telas antigranizo.
La bodega se caracteriza por una simpática “fuente del vino” en donde una doncella al modo “clasico” vierte un jarrón con un hilo de vino. En el lugar se pueden disfrutar interesantes picadas criollas, degustar vinos y frutas secas.
Por la noche, realizamos un increíble avistaje astronómico, que es sin duda un aspecto muy poco explotado del turismo pero que debería cobrar una dimensión importante ¿acaso conocemos las estrellas los que vivimos en las grandes ciudades? Tras una breve y motivadora exposición didáctica hemos identificado entre otras estrellas, la constelación de Orión, Setis, la más brillante, Alfa Centauro, las más cercana y aprendimos a orientarnos siguiendo las señales de nuestra Cruz del Sur. Al telescopio vimos a Marte y a la Nebulosa de Orión. . Y bajo el oscuro cielo de esa noche sin luna, el diálogo continuó sobre viajes espaciales y satélites.
31 de enero, Valle Grande, Cañon del Artuel
Por la mañana realizamos una visita relámpago a San Rafael, y pudimos ver que es una gran ciudad pero que nada se sabe en ella de las montañas, las cuales no se ven desde ninguna parte. La ciudad se entiende a lo ancho, no tiene muchos edificios altos, pero su desarrollo es bastante importante. Vimos de paso algunas de las bodegas más famosas del país, como Bianchi.
Luego nos dirigimos al dique del Tigre y al embalse Reyunos, este último, posee una infraestructura de entretenimiento tipo turismo aventura que ofrece alternativas para pasar el día.
De regreso, recorrimos los caminos alternativos del cañón del Atuel, y recuperamos las energías en un momento de relax, antes de emprender el largo camino que nos esperaba al día siguiente.
1 de enero, Olavarría
Desde el cañón del Atuel, atravesamos las provincias de San Luis y La Pampa hasta llegar a Olavarría en donde pasamos la noche. Por el camino hicimos un alto en Pehuajó en donde ya se hacía evidente la cantidad de turismo atraída por la costa Altántica. Al día siguiente, nos esperaba el regreso a Villa Gesell justo-justo para el cambio de quincena. Paciencia.
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