Fresno, 28 de diciembre de 2014
Antes del amanecer despertamos por medios naturales, efectos del Jet Lag que en estas circunstancias es toda una ventaja. Así que aprovechamos el envión para el primer destino, el Sequoia National Forest.
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De Los Angeles a Fresno |
Saliendo de Los Ángeles y su maraña de autopistas, encontramos el camino gracias al gps, que nos llevó tranquilamente entre viñedos, naranjos y siluetas montañosas azules. Un paisaje de ensueños en un día impecable. Pronto estábamos en Three Rivers, donde creí reconocer, quizá, el motel en el que había estado alojada hace unos ¿30 años?, a un lado de la ruta de acceso.
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Obligatorio portar cadenas |
Al llegar al parque, nos recibieron con el aviso de que era obligatorio portar cadenas. No muy convencidos, porque creíamos que nuestro auto era 4x4, pegamos la vuelta hacia el alquiler más cercano, justamente en Three Rivers una milla más atrás. La cola era larga y la aventura nos hizo perder una hora, pero decidimos resignarnos al consejo.
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La entrada al parque |
Finalmente al entrar al parque, con una sonrisa de oreja a oreja el guardaparque nos dijo que las íbamos a necesitar, que no habíamos desperdiciado nuestro dinero... bueno, nos quedaban dudas.
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Ingresando al parque |
Ingresando al parque no vimos nieve pero no tanta... no muchísima. Se notaba que algunas horas antes el asfalto había estado cubierto de hielo, pero a la hora que llegábamos nosotros bajo el sol del medio día, prácticamente se había derretido. De todas formas, las curvas eran pronunciadas y la pendiente importante. Pero, claro, como el estado del camino era impecable y las medidas de seguridad muy serias, por lo que no había mucho de qué preocuparse. Finalmente pusimos las cadenas porque vimos que otros lo hacían, aunque nos quedan dudas de si realmente fue necesario.
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Sequoia gigante en Giant Forest |
Los árboles son magníficos y majestuosos. Enormes. Vimos a la famosa sequoia Gral. Sherman, el árbol más grande del mundo, que se encuentra en Giant Forest. Había bastante gente para ser domingo, por lo que se improvisaban ciertas colas para sacar fotos. Llegamos luego hasta la zona de Wolverton, donde la gente utilizaba sus trineos como otra forma de disfrutar del parque. Luego emprendimos el regreso, el camino ya que debíamos preveer que las horas de solo comenzaba a acabarse.
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Wolverton |
El camino de regreso se lo debemos al gps, aún cuando en cierto momento comenzamos a desconfiar ya que nos enredó en pequeñas rutas oscuras. Sin embargo cumplió en tiempo y forma. En algo más de dos horas llegábamos a Fresno dispuestos a buscar a nuestro hotel para pasar la noche. Más tarde descubrimos que el gps había quedado configurado para esquivar autopistas...
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