27 de enero, Malargüe
Hoy recorrimos el tramo de la mítica ruta 40 que une Chos Malal con las ciudades mendocinas. Durante el trayecto pudimos avistar el volcán Tromen que nos había esquivado la tarde anterior.
El trayecto comienza con un pavimento moderno pero la comodidad acaba pronto. El estado del camino es deplorable.
El pavimento quebrado y deteriorado se ha transformado en un ripio peligroso de pozos semicubiertos por piedras de tamaño considerable. En algunos segmentos prevalece el asfalto pero nunca dura mucho. Es absolutamente recomendable realizar el trayecto de día y con buena visibilidad.
La llegada a Malargüe nos sorprendió. Una ciudad inesperadamente moderna, al estilo norteamericano mirando a la ruta 40. Un reloj “noventoso” con ambiciones de landmark estratégicamente instalado sobre el boulevard principal, una plaza muy bonita con estilo “design”. Servicios varios para el turismo, incluyendo un “Lave Rap”con envío a domicilio (algo que estábamos necesitando después de tanto ripio y polvo) y hasta un planetario que llamo nuestra atención. Sospechamos que esta ciudad creció bajo el esplendor auspicioso de Las Leñas y, soñando a lo grande, buscan ser algo más que la alternativa económica durante la temporada de esquí. Eso se nota en todos sus rincones.
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