26 de enero, Chos Malal
Por la mañana recorrimos la orilla del río Curí Leuvú cuyo color amarronado llamó nuestra atención, nos dijeron luego que este se debía a las tormentas que se estaban desatando en estos días. Supimos también que éste río es el que abastece las necesidades de Chos Malal y que actualmente tiene un caudal muy reducido, sobre todo porque las nevadas en la cordillera son cada vez menos abundantes. Foto19-El río Curí Leuvú en Chos Malal
Habíamos pensado que sería un buen día para visitar el Tromen y Cerro Wayle, y nos dirigimos en busca de consejo a la dirección de turismo de Chos Malal, nos aconsejaron no hacer la visita con mal tiempo porque el camino podría ser algo peligroso. Nos encontramos con la sorpresa que ni bien tomamos el camino de ripio comenzaba una fuerte lluvia con intervalos de granizo. No quisimos correr riesgos así que decidimos regresar, cambiando nuestros planes.
Visitamos entonces le museo local y el Torreón en donde tuvimos noticias de la vida en Chos Malal. El museo, todavía conservando sus paredes y techos originales es un testimonio de los tiempos en que el pueblo fue capital de Neuquén. Supimos que actualmente el desarrollo es escaso, al punto que los jóvenes deben emigrar al terminar la secundaria puesto que no tienen demasiada posibilidad de seguir estudiando o de emplearse. La ciudad, tiene aproximadamente unos 16 mil habitantes. Muchos de ellos, dependen de los planes sociales dados por el gobierno no habiendo fuentes de trabajo genuinas. No hay industrias y el turismo es aún mínimo, con lo cual, el futuro es incierto.
El Torreón, construido por el gobernador Olascoaga, en octubre de 1894, tenía por objeto ser un observatorio astronómico. Hoy es un símbolo de Chos Malal, aunque, debo decirlo, me costó muchísimo tomar una fotografía que no tuviera un desagradable grafiti sobre su superficie. El descuido es lamentable.
¿Qué decidir de Chos Malal? Es un pueblo modesto, silencioso, que parece dormir a la sombra de los grandes centros turísticos de la cordillera neuquina (la exclusivaVilla La Angostura, el popular San Martín de los Andes y las pujantes Villa Pehuenia y Caviahué). Cerca de bellezas como Epu Lauquen, el Domuyo y el Tromen, podría ser la capital del turismo de aventura si se lo propusiera... pero sin infraestructura no deja de ser un destino para turistas excéntricos, lo cual es insuficiente para generar una cantidad considerable de fuentes de trabajo.
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