27 de enero de 2013, Bath ~ Stonehenge
Londres amaneció lluvioso. Cuando salimos del hotel, era de noche aún. Nos metimos en “The Tube" sin pensarlo demasiado y conectamos algunas estaciones para llegar a Paddington en donde tomamos el tren hacia Bath. La lluvia pronto quedó atrás en este inestable clima británico y el sol reveló las encantadoras y verdes colinas de la campiña para nosotros, por primera vez, durante este viaje. Llegamos a Bath en algo menos de dos horas. La hermosa ciudad de edificios amarillos y estética clásica nos recibió con luz solar y mucho frío.
La ciudad de Bath es una villa termal que fue descubierta en tiempos legendarios. Hacia el43 aC los romanos fudaron Aquae Sulis y contruyeron baños y el templo que rendía culto a una divinidad celta-romana.
Las ruinas romanas fueron redescubiertas en tiempos victorianos, que agregaron a la ciudad un esplendor respetuoso de la magnitud del hallazgo. Resulta así especialmente atractiva la armonía estética de Bath, que le da un encanto único.
La visita del museo de los baños es muy interesante y logra recrear muy adecuadamente el aspecto original de las ruinas. Si bien se observa que hay aún un área en desarollo, la visita es muy completa y didáctica.
En el centro de información de Bath, contratamos un pequeño tour a Stonehenge. En un pequeño micro, el chofer hacía de guía y señalaba algunos hitos del camino... como el espectacular caballo blanco The Westbury White Horse que puede apreciarse a la distancia y antiquísimos túmulos funerarios (Burial Mounds).
Stonehenge es un lugar muy especial. Un monumento prehistórico de 5000 años de antigüedad cuya utilidad se especula, guardaba relación con la medición del tiempo y los ciclos de las estaciones. Visitarlo nos traslada a un tiempo antes del tiempo, a una dimensión remota en donde se tejían los primeros intentos de la humanidad por comprender el movimiento del universo... sin duda, lejos de toda interpretación delirante, Stonehenge es un lugar conmovedor que vale la pena visitar.
… y cuando sol comenzaba a declinar, regresamos a Bath y tomamos el tren rumbo a Londres. Llegamos cuando la luna dominaba claramente sobre Hyde Park.
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