martes, 23 de diciembre de 2014

El escenario de las dos rosas

24 de enero, Manchester ~ York
Antes de amanecer, aproximadamente a las 4:30 de la mañana, nos despertó violentamente la alarma de incendios que nos invitaba a evacuar el hotel inmediatamente. Con calma, nos pusimos la campera sobre el pijama y bajamos los 9 pisos que nos separaban de la planta baja. Siguiendo las instrucciones del líder de chaleco fluo y grandilocuente megáfono, nosotros y un puñado de huéspedes nos dirigimos prolijamente a la esquina del planificado punto de encuentro. Supimos muchas horas más tarde que los sistemas de seguridad habían detectado humo en el 7mo piso. El punto es que para cuando llegaron los bomberos, unos 20 minutos después de haberse disparado el protocolo de evacuación, el evento ya estaba totalmente controlado. Así, nos invitaron a subir a la habitación y a seguir durmiendo, si uno lograba conciliar el sueño.
La mañana llegó antes de lo esperado y como el plan era aprovechar el día, pronto nos encontró en la estación de tren camino a York. Debido a un descarrilamiento, había unos cuantos trenes cancelados. El servicio llegó cinco minutos tarde, por lo que pedían disculpas todo el tiempo por los equipos de audio.
El viaje a York transcurrió sin sobresaltos. Nos recibió su encantadora muralla de cuento de hadas... hasta que pronto nos perdimos por sus pequeñas calles, el mercado, los comercios... luego de una fotos mientras nos ubicábamos en el mapa y decidíamos qué vistar.
La muralla de York
York es una bellísima ciudad que conserva el encanto de una Edad Media idealizada. Con su muralla intacta, sus imponentes iglesias y sus cementerios centenarios, cubiertos de musgo y fantasmas, York, escenario de la última guerra medieval, la Guerra de las Dos Rosas, que enfrentó a las casas rivales de York (cuyo emblema es la rosa blanca) y Lancaster (cuyo emblema es la rosa roja), ofrece a los turistas una atmósfera irreal, casi literaria.
Una de las puertas de la ciudad
Así nos dirigimos a la Clifford's Tower o las ruinas de un castillo medieval. Dan miedo sus escaleras en caracol, sus fríos muros y el vértigo de imaginar cuan rústica era la guerra... y la paz, en aquellos tiempos. Recorriendo las paredes, me comprendí por primera vez el sentido de las ventanas en cruz como recurso defensivo... porque en efecto ¡se disparaban flechas!
Clifford's Tower o lo que quedó del castillo de York
Una ventana en la Clifford's Tower
Luego visitamos la imponente York Minster, una de las catedrales más importantes de UK especialmente celebre por sus imponenetes vitreaux maravillosamente restaurados. La visita guiada, incluida con el ticket de admisión es muy recomendable.
Los imponentes vitreaux de York Minster
Existen otras atracciones en York, sin lugar a dudas... el museo Vikingo, el museo del ferrocarril... pero lamentablemente había avanzado la tarde y debíamos regresar a Manchester...
Ya de regreso, aprovechamos que siendo jueves, la Manchester Art Gallery cerraba más tarde. Asi que disfrutamos de interesantes colecciones desde el siglo XV al XXi incluyendo un autentico Turner y una exhibicion de “cut pop out” impresionante.
Muestra en la Galería de Manchester

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