lunes, 29 de enero de 2024

30 kilometros de isla

 29 de enero, San Andres


Cuando uno hace un viaje tan largo, a medida que se acercan los últimos días uno empieza a despedirse. La medida del tiempo siempre es relativa. Si este hubiera sido un finde largo, lo vivís como vacaciones hasta el último desayuno. Pero no es el caso. Hace casi un mes que estamos viajando…

Mañana nos vamos de San Andrés y aunque teníamos cosas previstas para hoy ya nos levantamos medio con la cabeza en que hay que organizarse y reordenar el despliegue descontrolado que tenemos en el cuarto. Hasta pensamos para hacerlo más divertido, en filmar todo el empaque con un time lapse… al final ni ganas de eso nos dio.

Hoy hicimos el recorrido en esos carritos de golf rodeando toda la isla. Por pichulear alquilamos uno mas chiquito que salia mas barato, solo para dos personas, aunque al final nos salió más caro porque andaba tan mal que en un momento se nos descontroló (el freno andaba pésimo) y lo chocamos. Le tuvimos que dar unos dólares como compensación al pibe que nos lo alquiló por el percance… En rigor deberíamos habernos quejado de que nos dio un auto que andaba mal y nos podríamos haber matado pero bueno, yo quería una experiencia latinoamericana…



El recorrido por el perímetro de la isla es agradable. Tiene unos 38 km de perímetro, nos dijeron, no los contamos. Nos advirtieron que no vayamos a la parte elevada porque habían habido situaciones de inseguridad y ni ganas de matancearla. Lo mismo con respecto a cualquier oferta turística que nos hicieran. Que no aceptemos nada de nada. Un poco que nos metieron miedo pero debe ser que tenemos mucha cara de boludos. Descartar la parte alta me decepcionó un poco, yo quería conocer la primera iglesia bautista que, aparentemente, desde su campanario se pueden apreciar hermosamente los colores cambiantes del mar que rodea la isla… pero bueno. Empezamos el recorrido hacia el sur y de allí al oeste, donde hay océano y mar abierto. El color es azul profundo con algunos matices turquesas más verdes de pronto o más celestes de repente. Ahí hicimos dos paradas. La primera en el museo del isleño que es una casa historica de madera, de habitantes antiguos. San Andrés fue territorio de Henry Morgan (que no fue Pirata sino Corsario, nos dijeron) y por lo tanto, la influencia británica en la isla se encuentra más clara tierra adentro. Pregunté cuándo fue que las casas de madera fueron reempelzadas por tanto cemento y me dijo la guía que la madera es más cara. Que si bien se pretendía que las casas fueran más todas en ese estilo tradicional… el costo era un problema. La visita a la casa fue breve pero simpática, la guía contó algunas curiosidades sobre Morgan, que en la isla hay tres idiomas oficiales: el inglés britanico, Kreol (la lengua de los esclavos que es un inglés deformado deliberadamente) y español. En esta parte del recorrido San Andrés tiene mucho más de espíritu jamaiquino que colombiano. Es otra identidad. 




Unos kilómetros más adelante, entramos a otro museo que se llamaba algo así como la cueva de Morgan. Era una cosa medio bizarra armada para los turistas con muchos caracoles y cosas viejas y otras que buscaban vender. Contaban algo sobre piratas y corsarios pero hasta ahí. Igual que el museo anterior terminaba con bailecito y pedido de propinas. Saliendo de ahí había ooootro museo, pero ya no entramos. Preferimos seguir viaje y ver como rompían las olas hacia el borde oriental de la isla hasta el Hoyo Soplador, punto más agitado del mar. Luego comienzan las playas de coral, de arenas blancas. 

En una parte, como el camino se había roto por el oleaje fuerte la semana pasada, nos desviaron. La isla es tan estrecha que no nos dimos cuenta donde retomar y salimos otra vez a la costa occidental y tuvimos que retomar volviendo a hacer otra vez el mismo recorrido. Cuando nos volvieron a desviar, medio que nos perdimos por el centro de la isla y las callecitas de la ciudad, llena de motitos descontroladas. Tuvimos que sacar el celular y el google map para poder encontrar la salida y llegar al hotel.

La tarde se pasó entre la pileta y la playa, empezando a ordenar…

Mañana salimos muy temprano hacia Bogotá. Aunque estamos prácticamente al lado del aeropuerto, nos recomiendan que tomemos un taxi porque puede no ser seguro… se ve que tenemos pinta de boludos, repito.


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