miércoles, 27 de enero de 2021

... y se venía un año duro. Durísimo.

 Killington, 8 de enero

Los primeros días de esquí no fueron los mejores. Nos agarró lluvia, nieve. No mucho frío y aunque estaba casi todo habilitado la nieve no era la mejor y como la temperatura estaba arriba de cero, tampoco podían poner las máquinas. Las pistas heladas exigen mucho, así que estabamos más bien casandos físicamente. Así que cuando vimos que estaba anunciada lluvia franca para el cuarto día, optamos por tomar un día off y salimos a pasear. Agarramos viaje para Lake York, un lugar donde estuvimos hace un par de años y habíamos visto bajo una capa gruesa de nieve. Fue divertido reconocer el lugar que antes habíamos adivinado. Estos sitios deben ser sin duda muy populares en verano, pareciera como que en estas latitudes es contraste entre el verano y el invierno es muy fuerte en estas latitudes, todo parece estar esperando. Las tiendas medio cerradas o liquidando a precios ridículos, el transito mínimo, casi nadie en las calles… y eso que había asomado un poquito el sol aunque por momentos, volvía la lluvia y se transformaba en nieve. 
Lake George


La ruta de regreso fue realmente hermosa, de color ocre, verde musgo, amarillos, celestes agrisados. Vimos un tipico bus escolar que iba dejando a los chicos de regreso de la escuela en areas rurales. Parecían escenas de una película norteamericana.

Cuando llegamos a Rutland aprovechamos para hacer compras. Yo saqué algunas fotos recordando que es el pueblo que Lorrie Moore  menciona en el Hospital de las Ranas. Uno puede imaginarlo tal cual, aún en los setenta.


Rutland


Llegamos a Killigton en medio de una nevada importante. Parece que por ahi no había habido sol sino mucha nieve todo el día. Eso era bueno, nos esperaba un gran día al día siguiente.


Killington, 12 de enero

Los días de esquí que nos quedaron fueron muy lindos, uno de mucho sol y buenísima nieve.


El sol quebrando el lago helado


Otro un poco más húmedo pero todavia aceptable, pudimos esquíar hasta la última bajada. Yo incluso probé bajar por una pista negra con bumps y solo me caí dos veces.

Las pistas, hermosas

Por las tardes, de regreso en la habitación a veces veíamos las noticias. Escuchamos hablar por primera vez del coronavirus. China parecía tan lejos...

El día de regreso nos levantamos temprano y tomamos la ruta a Boston. Llegamos antes del medio día y aprovechamos para dar un pequeño paseo hasta la bahía. Saludamos a Sarmiento y avistamos el perfil del MIT.


Paseando por Boston

Volvimos reconociendo nuestra estadía anterior, otra vez sin nieve y volvimos a pensar que Boston es una ciudad hermosa. Después ya teníamos que ir para el aeropuerto para hacer Toronto — Santiago — Buenos Aires. El viaje iba a ser largo, así que, más vale tomarlo con calma. Y más vale disfrutarlo. Se venía un año durísimo y apenas si uno podía magnificar la dimensión de su dureza, en todos los frentes.


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