sábado, 12 de octubre de 2019

I’m not a pet

Orlando, 21 de enero de 2019

Habíamos planeado solo dos días para los parques. Pensamos que era mejor quedarse con las ganas que saturarse. Las atracciones son hermosas pero las multitudes y las colas terminan eclipsando la diversión. Creo que fue una buena estrategia. Así uno tiene todavía ganas de volver y hasta podría decirse que vale la pena. En este plan, el lunes fuimos por la zona de Tampa para recorrer un poco. El día acompañó. Fuimos de visita a un santuario que rescata grandes felinos: Big Cat Rescue. Fue un hallazgo interesante.





Nos recibió un voluntario que nos ofreció una visita guiada. La organización difunde el concepto de que los grandes felinos no son animales domésticos y que cualquier intento de domesticación es una variante de maltrato animal. Entonces, intervienen en esos casos para rescatar al animal y, dado que ya no está capacitado para volver a su hábitat natural, darle una mejor calidad de vida. Sucede que en algunos estados de EEUU es legal tener mascotas exóticas incluso cuando no son usadas con fines comerciales. Hay algunos casos donde reciben animales de otros países también.  El slogan es “I’m not a pet”.


Yaguareté. El mismo del billete de 500 pesos. Este  mismo muchacho fue tapa de la Nat Geo
Vimos un lince canadiense, un yaguareté, tigres, leones, pumas… algunas especies de gatos híbridos. La visita es interesante y el voluntario da mucha información sobre las especies, su comportamiento natural y la historia particular de cada individuo: como llegó al parque, como lo atienden y por qué. Las jaulas son grandes y el entorno está muy cuidado. Hay incluso áreas “de vacaciones” mucho más amplias donde cada cierta cantidad de meses cambian a los animales de a uno para que reciban otros estímulos y puedan variar de entorno por un tiempo. Se sostienen con donaciones, con las visitas guiadas, con la tienda de merchandising. Nos encantó la visita. Más allá de la belleza de los animales, nos pareció muy respetuoso y discreto el trabajo del santuario. Si les interesa el tema, pueden seguirlos en Instagram.
Para el último día, dejamos la visita al Kennedy Space Center que quedaba aproximadamente a una hora del resort.



Desde la última visita, había muchas más cosas para ver y quizá hubiese valido la pena dedicarle dos días ya que varias cosas no llegamos a visitar y eso que el recorrido del tour fue más breve ya que a causa del Shut Down había algunas áreas que no estaban funcionando... estimamos que por reducción de las áreas de seguridad. De hecho, las atracciones del centro no se mantinen con fondos de los contribuyentes (se encargan de aclararlo muy bien) sino con los ingresos que genera en parque.
Sobre la visita: son highlights el área dedicada a las misiones Apolo, que ya conocía pero que tenía algunas mejoras, creo, desde la última vez. Hay todo un sector nuevo dedicado a los Shuttle, que es muy, muy interesante. El Atlantis está exhibido con casi todas sus partes originales en el centro del salón y resulta algo emocionante pensar en sus 33 misiones. El área incluye también un memorial donde hay fragmentos recuperados del Challenger y del Columbia, todo un rincón dedicado a la vida en la estación espacial, y un simulador de despegue, con buenas explicaciones… porque convengamos que podrían haber hecho sacudir un poco a la audiencia sin dar muchos detalles, pero los aspectos educativos del centro no están nunca en un segundo plano.
Después hay otras atracciones, me interesó especialmente todo le dedicado a la exploración de marte, proyecto en curso, donde era impactante ver réplicas a escala del rover, el pathfinder, el espirit… el curiosity…

Cuando nos quisimos acordar, ya se estaba poniendo el sol sobre el contraste de la plaza de los rockets, así que nos fuimos despidiendo no sin antes visitar la tienda de merchandising que fue toda una tentación. Compré varias chucherías.

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