domingo, 30 de enero de 2022

No hay dos sin tres

 El Calafate, 30 de enero 2022

La primera vez que supe de la leyenda del calafate, eso de comer el berry salvaje para seguro volver, fue con un video en super 8 de mis primas, que allá lejos en los setenta habían viajado y habían filmado el evento de degustación silvestre. Por mi parte me aseguré de hacerlo y parece que funciona. La primera vez que vinimos fue en el 95. Habíamos ido en avión hasta Río Grande y habíamos contratado un avioncito de la línea “El pingüino” para atravesar la estepa. Previa escala en la pista de ripio de Río Turbio, el avioncito, pese a mi pánico, nos llevó con dulzura ocre hasta avisar el turquesa inolvidable de estos lagos despojados y extraterrestres. 

Aterrizaje en Río Turbio sobre pista de Ripio, 1995
Río Turbio, 1995

Aterrizamos ahi nomás del Lago Argentino y, digamos todo, no hay como la primera vez. La segunda fue en las víspera del quilombo del 2001. Nos había llevado un premio y viajamos a todo trapo con Adrián enyesado y dos bebés. Ahí no salimos mucho de la hostería Los Notros y nuestro estadía fue bastante extravagante… tanto que por entonces ni tiempo para el diario de viajes tenía. Y ahora vamos por la tercera, solos otra vez, en la periferia del nido vacío…

Hace más de dos años que no subía a un avión. Sobreviví bastante al barbijo pero se hizo largo. Me sorprendió que el aeropuerto internacional, que tanto me había impactado en 2001, ahora me pareció un galpón con onda y hasta ahí. Como tantas cosas en Argentina, crecen de golpe y después… se estancan por décadas. El pueblo creció mucho aunque no tanto. Impresionan las avenidas anchas por lo pretenciosas e innecesarias. Al entrar reconocimos la figurita del célebre Alto Calafate, si sos Argentino, ni falta hace que explique, y sino, a googlear. Qué decir. Proyecta cierta sombra derpimente. Por suerte, el lago turquesa sigue ahí en su perfección incorruptible.

Nos instalamos en el Hotel Imago. Es lindo, pero estamos muy cansados. Mañana salimos temprano para El Chaltén.


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