miércoles, 20 de enero de 2016

Último día en Nueva York

Nueva York, 14 de enero de 2016

En realidad, no me importa demasiado que sea el último día de este viaje. Nueva York es el centro del mundo y, por lo tanto, un lugar del que uno nunca se va. De un modo u otro, siempre se vuelve. Esta había sido mi segunda vez. Yo había estado en la ciudad dos veces en mi vida. En realidad una,  porque la primera, no pasé del aeropuerto, en tránsito hacia Los Angeles... en el lejanísimo 1981. La segunda vez, en 1995, la ciudad se veía espléndida. Las torres gemelas, como una enrome joya en el sur de Manhattan, que aquella vez subí y documenté en un diario de viaje escrito a mano, diarios de viajes de otros tiempos.

Habíamos pensando en bicicletas para recorrer Central Park. No no resultó. Quizá quisimos emular la lógica de San Francisco, pero buscamos un local de alquiler que nunca encontramos. Los "vendedores" al paso no nos daban confianza y el sistema público no nos quedó claro como funcionaba. Además hacía mucho frío... todo un tema ver que hacíamos con las camperas al entrar en calor, así que, decidimos caminar.




Y caminamos y caminamos. Podríamos decir que recorrimos toda el área sur, hasta la altura de los museos. Central Park parece un bosque infinito, casi irreal, como los enormes edificios que marcan su contorno. Vimos los lagos semicongelados, las amigables ardillas... y comimos en uno de esos "carritos" de comida turca/árabe al paso, que no son tan baratos tampoco, pero que resultan divertidos.





En mitad del trayecto se rompió mi celular. El capítulo técnico sería cosa de otro blog. Solo resta decir que terminamos otra vez en el Best Buy. De regreso al aeropuerto fuimos en subte y con el Air train. No es fácil bajar las escaleras con valijas enormes, Nueva York no es Londres... pero es mucho más barato y divertido que tomar un taxi.

Seguro volvemos, quedó tanto para ver. Ni me despido.

miércoles, 13 de enero de 2016

Manhattan bajo cero

Nueva York, 13 de enero de 2016

Nueva York amaneció soleada pero fría, bajo cero. Tres grados bajo cero... con diez bajo cero de sensación térmica. Sobre las calles y con sol se toleraba, pero en las avenidas, con viento, era para temerarios. Igualmente caminamos y caminamos...

Broadway
Comenzamos en nuestro hotel (sobre la 56 y casi 7ma) hacia Broadway. Primero entre la luminosa Times Square, ahora despejada de gente que nos permitió recorrerla de una manera impensada hace 15 días. Avanzando hasta el sur de la ciudad pasamos por Herald Square, el Empire State, Union Square...

Empire State
...hasta llegar a la 12st en la cual dedicamos bastante tiempo a la liberería Strand de la cual salimos con algunos libros en nuestro haber. Por mi parte me compré una antología de Walt Whitman. La librería es encantadora.

Strand, 18 miles of books
Luego continuamos hacia el distrito financiero, el memorial del 11 de setiembre hasta el Battery Park y la estatua de la libertad. Allí tomamos el subterráneo y hasta Central Station para visitar el imponente edificio de las Naciones Unidas.

Sede de las Naciones Unidas
Recorriendo primero el variado y "aromático" mercado en Central Station fuimos hasta Bryant Park, un parque público financiado de forma privada ubicado al lado de la Biblioteca Pública de Nueva York. El lugar lucía mágicamente helado con su pista de patinaje y su musicalización. Pero ya corría el atardecer y la ciudad se volvía más y más fría. Entonces aceleramos el paso hacia Times Square para cenar en Applesbee's. Nos hemos acostumbrado a esta cuestión de cenar temprano. Parece una costumbre saludable.

Mañana será nuestro último día aquí. Snif, snif.

martes, 12 de enero de 2016

Nueva York, con menos gente

Nueva York, 12 de enero de 2016

Cómo habíamos previsto, el viaje terminaría en Nueva York, ya que sadríamos del mismo aeropuerto por el que llegamos. Así que relativamente temprano salimos de Killigton de acuerdo a la ruta que indicaba el gps, a través de Rutland. El paisaje de Nueva Inglaterra, nos siguió resultando encantador con sus ondulaciones verdes y su casitas de madera. 

Nueva Inglaterra

Nos sorprendió más adelante una nevada importante sobre la ruta 87. Sin embargo, los copos de nieve no tardaron en desaparecer a medida que nos acercabamos a New York. El viaje duró algo menos de cuatro horas si no contamos el tiempo que demoramos en almorzar...

Entramos a Nueva York por el puente Lincoln Tunnel, que nos llevó rápido a nuestro hotel. Mucho menos tráfico del que imáginamos nos permitió aprovechar la tarde en la ciudad ni bien resolvimos la entrega del auto alquilado y nos organizamos un poco.

Antes de que cayera el sol recorrimos el Rockefeller Center que casi no habíamos podido ver en las proximidades de fin de año por la gran cantidad de gente por todas partes.... 

Rockefeller Center
¡hasta pudimos ingresar al Lego Store y comprar fichas sueltas! Durante la semana de fin de año había una cuadra de cola para ingresar a la tienda... 

Lego Store

Aprovechamos para ingesar en San Patrick cuyo órgano sonaba pomposamente y, finalmente, cenamos en Olive Garden en Broadway, para finalizar la joranda. Hace frío...


lunes, 11 de enero de 2016

Nieve natural y nieve artificial

Killington (Vermont), 11 de enero de 2015

Desde que llegamos nos dedicamos a esquiar y a disfrutar de la nieve, con excepción de ayer que lluvia mediante, preferimos recorrer en auto esta hermosa zona de montañas verdes...

¿Qué decir de este centro de esquí? Lo primero que observa uno, acostumbrada a los centro de esquí de sudamérica es que están hechos a lo grande. En condiciones ideales son cinco "montañas" (Bear Mountain, Skye Peak, Killington Peak, Snowdon Mountain y Ramshead Mountain) conectados por senderos esquiables y otros caminos que ofrecen gran variedad de pistas para todos los gustos. Hay otro centro muy cercano, el Pico Peak, que no llegamos a conocer, y puede que hayan otros más. Todo estos centros, tienen la particularidad de ofrecer un sistema compatible de pases, es decir, que el derecho de uso de un centro (el "pase") es válido en todos los centros de esquí por igual. En síntesis:  imposible aburrirse.

Killington

Otro aspecto interesante es que hay pistas para aprender a esquiar, largas y graduales, pero también hay pistas fáciles (verdes y azules) para esquiadores que aunque tengan experiencia, no tienen ganas de pistas muy complicadas, con mucha pendiente, bumps u otras cosas raras.

No deja de ser agradable, además, que aún en la parte más alta de las montañas hay vegetación, ya que no son montañas altas (uno diría más bien que son "sierras") lo cual hace que la experiencia sea mucho más confortable en términos de malestares propios de la altitud... y los bosques hacen que el entorno sea mucho más reparado del viento, por otra parte.

Vista desde Killington Peak

Pero sin duda, lo más llamativo de todo el centro son sus increíbles máquinas de nieve que aquí las llaman "snow guns" y en efecto disparan nieve a través de un sistema combinado de agua y aire compromido que genera un auténtico viento blanco que no se usa solo para "tapar manchones" sino que permite abrir pistas que con bajas nevadas serían inviables. Como anuncia este divertido anuncio del centro de esquí: "Winter Starts When We Say So".




Ayer no esquiamos a causa de la lluvia. Llovió a cántaros todo el día y ya sabemos, por experiencia, que esquiar bajo la lluvia es una tortura. Aprovechamos para conocer los alrededores y fuimos en auto hasta Rutland, un pueblo pequeño y pintoresco bien al estilo "Nueva Inglaterra" conectado con todo lo demás por autopistas, moteles, moles y restaurantes de comida rápida. Vermont es un estado muy bello, pero la belleza no quita el confort: ¡esto es América!

Grand Hotel Killigton Ski Resort



martes, 5 de enero de 2016

Nieve a la vista

Killington, 5 de enero de 2015

Hoy llegamos al centro de esquí en el cual planeamos nuestra primera experiencia nevada en los EEUU. No nos separaban muchos kilómetros de Boston así que con calma, durante una muy fría mañana, partimos por la ruta 93.

Hicimos un alto hacia Nashua donde pasamos por Merrimack Outlet para comprar alguna indumentaria que nos estaba haciendo falta para tanto frío. No había casi nadie y resultó interesante recorrer las tiendas nevadas absolutamente desiertas.

Outlet en el camino

Continuamos luego en dirección norte por un hermoso camino rodeado de nieve y lagos congelados. Recorrimos fuera de programa algunos pueblos con el inconfundible estilo de Nueva Inglaterra incluyendo sus cementerios con lápidas de piedra bajo la nieve.

Llegamos a Killington a primera hora de la tarde, a tiempo para rentar esquíes y descansar un poco. Nos alojamos en un resort muy confortable. Dado que ya finalizó la temporada alta hay muy poca gente lo cual es muy auspicioso.

Llegando a Killigton

Killington se encuentra en el estado de Vermont y es el área de esquí mas importante de Nueva Inglaterra. Las montañas no son altas si las compramos con los centros a los que estamos acostumbrados en sudamérica, apenas 930 metros. Pero claro, están muy, muy al norte. Siendo enero, la noche llega a las 17:00 a más tardar...

El paisaje es hermoso (si te gusta el frío, la nieve y los árboles).

lunes, 4 de enero de 2016

Ultimo día en Boston: Museum of Fine Arts

Boston, 4 de enero de 2016

Quizá la lógica indicaba vistar Harvard en nuestro último día aquí. Pero alguien nos regaló pases para el Museum of Fine Arts por lo que decidimos cambiar de planes (no es que no lo hubiéramos considerado, a veces es difícil elegir cuando son pocos días y mucho para ver). Finalmente resultó que nos quedamos muchas horas dentro del museo... había muchísimo para ver y disfrutar.

Museum of Fine Arts

El museo queda en dirección opuesta al área que habíamos recorrido hasta ayer. Edificaciones modernas y menos pitorezcas nos llevaron rápidamente al imponente edificio que combinaba el estilo neo clásico con espectaculares torres vidriadas que conectaban las diversas áreas.

Patio central. El árbol es de vidrio esmaltado.

Con un concepto similar al Met de NY muchas (no todas) las áreas están ambientadas escenográficamente. Las colecciones se organizan primero por zonas geográficas y luego por movimientos... piezas muy antiguas de arte funerario egipcio, antiguo oriente, piezas griegas y romanas se encuentran hermosamente presentadas. 

La colección de pinturas europea es importante aunque. obviamente, hay muchísimo de pintores americanos... que, debo reconocer, no conocía mucho.

John Singer SargentThe Daughters of Edward Darley Boit, 1882

El arte contemporáneo también tiene su espacio y encontramos algunas cosas realmente muy interesantes. Lamentablemente, la locura de caminar y recorren sin rumbo el laberinto de la sala, acaba generando una nebulosa de artistas y obras. Una pena, pero es una realidad que los museos requieren tiempos que no son los de los turistas...



La exhibición actual dedicada a la era de Rembrand y Vermeer, publicitada en gran parte de la ciudad, se encontraba en una sala especial en el subsuelo y, sin duda, valía la pena...

En síntesis: una buena decisión visitar este museo. Me llevo imágenes de pinceles inolvidables. Harvard quedará para otro viaje.

domingo, 3 de enero de 2016

El M.I.T (Instituto Tecnológico de Massachusetts)

Boston, 3 de enero de 2016

El objetivo de hoy era visitar el M.I.T. aún cuando sabíamos que no habría visitas guiadas ya que era domingo... tampoco pretendíamos tanto. Camino a la Universidad de ingeniería más famosa del mundo, aprovechamos para ver la estatua de Sarmiento sobre la elegante avenida  Commonwealth. Por cierto, esperaba un pequeño busto, pero es un monumento bastante importante con un Sarmiento maduro, de pie, en medio del boulevard de la avenida.

Estatua de Sarmiento en Boston

Luego continuamos camino hasta llegar al MIT en la zona de Cambridge. El edificio neoclásico se levanta imponente frente al campo de deportes. Ingresamos sin que mediara seguridad alguna y estuvimos recorriendo pasillos y mirando por las ventanas de los laboratorios. Incluso subimos hasta el último piso por ascensor. 

Ingreso principal


Pasillos desiertos

MIT

Jardines


Proyectos para la urbaización de "villas"


Los pasillos estaban desiertos, pero resultaba interesante ver láminas con información diversa sobre proyectos. Los jardines permitían apreciar sus alas, con los nombres de Newton, Lavosier, Franklin y Leonardo coronando las columnas dóricas, entre muchos otros venerables hombres de ciencias.

Luego fuimos al museo del MIT que resultó muy interesante, especialmente el area de robtos dedicada a proyectos de robots con sensores de última generación, así también como máquinas con avances sobre inteligencia artificial, capaces de “aprender”.






La muestra incluía también hologramas y objetos mecánicos concebidos con un propósito artístico que resultaban muy interesante de ver más allá de la creatividad involucrada. Otra sala dedicada a experimentos fotográficos permiiía ensayar cuestiones como fotografiar la caída de una gota de agua, junto con otros objetos atractivos y curiosos con los cuales se podía interactuar.

La vista concluyó con gift shop del que no pudimos huir. Nos hicimos de algunos objetos realmente encantadores… como un mini Einstein y un prisma para descomponer la luz.



La caminata de regreso acompaño la caída del sol entre ardillas y nieve derretida.





Más inglesa que Inglaterra: pero ¡tan americana!

Boston, 2 de enero de 2016

Boston es una ciudad elegante. Estilo colonial inglés ¿sería? Uno no puede dejar de pensar en el amplio contraste entre el estilo colonial hispano y la estética que uno descubre en esta moderna Boston. Qué caminos diferentes ha tomado la historia…



Altos y lujosos rascacielos conviven ordenadamente con edificios tradicionales, cinematográficos cementerios de musgo y piedra, austeras iglesias y generosas avenidas con semáforos siempre accesibles para ciegos. Boston parece por momentos más inglesa que que Inglaterra… pero a la vez, irremediablemente americana. Es mi primera experiencia en este lugar de Estados Unidos… y se ve muy diferente a otros lugares que he conocido.



La gente es muy amable, al estilo inglés. Incluso más. Se acercan para ofrecer ayuda, te cuentan sobre el lugar, clavan los frenos en la calle al cruzar. Es una gran ciudad, pero hay un clima tranquilo, como de pueblo.


Hace frío (muchísimo). Aún cuando era un día 100% despejado la temperatura se mantuvo bajo cero. Montones de nieve en algunos sectores, como evidencia de una nevada reciente podían verse todavía. Incluso sobrevivían en parte, algunas esculturas de hielo hechas con el propósito de conmemorar el año nuevo. La decoración navideña, prolija y ordenada parecía más propia de una escenografía de Disney que de una ciudad real...



La ciudad de Boston invita a conocer la historia de los EEUU, que comenzó con los puritanos que huían de la autoridad de Iglesia Anglicana para vivir la religión libremente, a su modo. Organizados en congregaciones autónomas y autofinanciadas fueron intolerantes con otros grupos religiosos y finalmente, estalló el conflicto con Inglaterra cuando pretendieron colocar un impuesto al té. Y fue justamente allí cuando se desató la historia...




El circuito histórico obligado es el “Freedon Trail” marcado en el pavimiento con una línea roja (por momentos ladrillos, por momentos adoquines). Esta línea conforma un recorrido de 2,5 millas (4 km) que conecta sitios de interés relacionados con el proceso que culminó con la independencia de las colonias americanas de la corona inglesa… y algunos otros monumentos de la historia reciente. Les cuento algunos highlights:

El Boston Common, el parque público más antiguo de los EEUU
En 1634 un tal William Blaxton, primer residente blanco de la península de Shawmut, vendió a los puritanos estas tierras por 30 libras. El área común se utilizó para múltiples finalidades. En 1987 fue declarado Momumento histórico nacional… y alberga varias estuatuas y sitios homenaje… y hasta un cementerio con muertos celébres como Gilbert Stuart, el pintor que realizó el famoso retrato de Washinton que hoy aparece en los billetes de dólar.

Boston Common

Massachusets State House
La sede del gobierno, con su imponente cúpula dorada datan de 1797. La cúpula fue pintada de gris durante la Segunda Guerra Mundial para mantener oscura la ciudad durante los apagones. Recién en 1997 fue restaurada con oro de 23 kilates.

State House

Park Street Church
El edificio data de 1809 y fue inspirada en las iglesias de Christoper Wren en Londres. La iglesia es especialmente célebre porque en ella, William Lloyd Garrinson pronunció, en 1829, el primer discurso antiesclavista.

Park Street Church

Cementerios varios: Granary, King’s Chapel, Copp’s Hill
Varios cementerios pueden verse junto a las iglesias. De características similares, con austeras y desgastadas lápidas de piedra han dado sepultura a los próceres de la independencia americana, personajes ilustres y antiguos habitantes de la Boston colonial, como Samuel Adams, los padres de Benjamín Franklin, Paul Revere, Robert Newman, Robert Treat Paine, Prince Hall...



Entre muchas otras cosas, llaman la atención las jóvenes edades que mencionan en las lápidas… y, como no podría ser de otro modo ¡la gran cantidad de símbolos másonicos!



Mosaico conmemorando la primera escuela pública de América
Este mosaico conmemora la primera escuela pública fundada en abril de 1635. Los puritanos de la Boston colonial estaban muy comprometidos con la educación por lo que era importante que los niños aprendieran a leer para poder leer la Biblia, tal es el origen de las escuelas Americanas: en 1647 se aprobó una ley que establecía la creación de escuelas en todos los pueblos donde había al menos 50 familias…



Old Sate House
Es el edificio público más antiguo de Boston y data de 1783.



Memorial del Holocausto
Es un monumento pensado para involucrar al público ya que se puede experimentar como una instalación artística. Uno atravisa el documento entre la bruma del vapor de agua, velas tras rejas que se sugieren en el suelo, citas para la reflexión y torres de cristal (que representan seis campos de concentración) … Es un memorial moderno y abstracto pero que logra crear un clima espiritual muy logrado. Vale la pena verlo y atravesarlo…



Old North Church
Esta iglesia, que data de 1723 es la más antigua de Boston y ganó su lugar en la historia porque desde su campanario se colocaron linternas para advertir a los revolucionarios que los británicos avanzaban por el mar.



Bunker Hill Monument
Es un obelisco de casi 300 escalones que conmemora una célebre batalla por la indpendencia y a uno de sus próceres, William Prescott. Subimos atléticamente para tener una magnífica vista de la ciudad.



USS Constitutution
Histórico barco de guerra de fines del siglo XVIII, hoy venerable, puede visitarse tras pasar controles de seguridad.


Un marino carismático abordo brinda muchos detalles de su historia… mientras en cubierta podía verse flamear la bandera de la revolución: “Don’t tread on me”.  


La vista acaba, como es previsible, en un gift shop… donde había muchos objetos de merchandising relacionados con la marina. Resultó irresistible y compramos un interesante criptografo…



… y el frío comenzó a hacerse irreverente, no es que estuviermos tan cansados por la caminata, pero ya era hora de buscar refugio y descansar a temperatura templada.