miércoles, 31 de diciembre de 2014

Fisherman's Wharf

San Francisco, 31 de diciembre de 2014


Estamos el el piso 19 de un hotel la frontera del Barrio Chino. Desde el pasillo puede verse la bahía, desde nuestra habitación solo muchos edificios… pero se ve el sol. Y con el amanecer nos despertamos dispuestos a un día intenso. Comenzamos en Starbucks explorando los sabores navideños como Pepermint Cocoa, ya que el Skinny Vainilla Latte parece que no es un estándard internacional. Energías cubiertas, comenzamos una larga caminata.


Caminando por Columbus St. llegamos hasta la Iglesia de St. Peter and Paul, y de allí continuamos hasta Hyde St. sobre la costa. 

St. Peter and Paul
El muelle de la calle Hyde fue construido en 1922 para transbordadores de automóviles entre San Francisco y Sausalito.

Muelle de Hyde

Muelle de Hyde
  
Muelle de Hyde

Muelle de Hyde
  
La ruta de los transboradores era parte de la carretera 101 hasta que fue inaugurado el puente Golden Gate en 1937. La zona es hoy un Museo Marítimo y es posible subir a varias embarcaciones para vistarlas, como “Alma”, una goleta chalana de 18 metros construída en San Francisco en 1981. Es la última goleta chalana de la bahía que todavía flota y es la embajadora del museo marítimo. Este tipo de barcos trasportaban cargamentos de heno, granos y ferilizantes entre las granjas del delta y San Francisco, “Balclutha” un buque fragata de 78 metros, fabricado en 1886 en Glasgow, Escocia que inicialmente transportaba trigo de California a Europa por la ruta larguísima ruta del Cabo de Hornos. y el “C.A. Thayer”, una goleta de tres palos similar al centenar de ellas que navegaba las costas del pacífico, en los puertos del estrecho Puget, las tripulaciones de ocho hombres apilaban pinos oregón en la cubierta, la materia prima para las ciudades de California de principios del siglo XX o el Eureka, un transbordador de rueda lateral de 91 metros consturído en 1980. El museo del parque, muestra varias piezas interesantes en relación a la navegación y describe la estrecha relación de San Francisco con su puerto. Me gustó especialmente la enorme luz de un faro de imponente tamaño...


Faro, Museo Marítimo
Por la tarde caminamos por la zona de Fisherman Wharf donde sin duda hay mucho para ver. Las atractivas tiendas de souvenirs, los restaurantes (almorzamos en uno muy pintorezco estilo italiano) los músicos callejeros, malabristas, etc. 


Fisherman Wharf
El flujo nos fue llevando a un museo de mecánica donde pudimos ver e interactuar con máquinas de entrenimiento antiguas de más de un siglo hasta los primeros videos juegos sententosos, como el “Pole position”. Adivinas mecánicas, pianos autómatas, maquetas animadas, metegoles, medidores de fuerzas… hasta miradores… todo por 25 o 50 centavos de dólar. Un viaje al pasado muy divertido.


Piano autómata
Juego mecánico de puntería
Luego intentamos ingresar a la fábrica de chocolates, pero había demasiada gente. Lo mismo con el Cable (el histórico tranvía), la cola era muy larga… y en vez de esperar hora y media, optamos por regresar caminando al hotel por la avenida del embarcadero. El sol comenzaba a ocultarse así que mientras se encendían las luces de los árboles decorados compramos algunas provisiones y regresamos al hotel para descansar un rato.

Entrando a San Francisco por el Barrio Chino

San Francisco, 30 de diciembre de 2014

Salimos temprano de Fresno, el día parecía nublado por lo que celebramos que fuera ayer que vistamos Yosemite. Pronto estuvimos sobre la autopista camino a San Francisco. El viaje duró unas tres horas aproximadamente en las que el cielo se fue despejando.


Bay Bridge, San Francisco

Entramos a la ciudad por el puente de la bahia (Bay Bridge) desde Oakland, como no teníamos fast track tuvimos atravesar por cierto atascamiento para pagar el pejae de 4 dólares. Serían aproximadamente las 12:00, por lo que el tráfico estaba muy complicado. Para estacionar el auto, en pleno barrio chino, tuvimos que dar varias vueltas y demoramos más de media hora en hacerlo con éxito. 


Barrio Chino

Ya en el hotel nos organizamos un poco para hacer un primer recorrido de la ciudad.

El China Town es muy chino. Mucho más chino que el barrio chino de Belgrano. Y allí está nuestro hotel. Así que nuestra primera impresión de la ciudad fue muy asiática…

Luego en un café, buscamos conexión por wifi para resolver el problema de la activación de 3G con la tarjeta que habíamos comprado en Los Angeles… descubrimos finalmente que estábamos marcando mal el código de acceso porque el impreso se había dañado un poco e interpretábamos mal el número. Finalmente lo logramos!


Union Square, decorada por navidad

Dedicamos la tarde a recorrer la ciudad a pie. Avanzamos por la calle Kearny hasta Union Square. Todo está muy navideñamente decorado, con pista de patinaje sobre hielo incluída. Vimos también por primera vez al famoso tranvía y los trolebús, eléctrico.

San Francisco es una ciudad bastante ecológica, pareciera. Hay contedores para seprar la basura, vimos algún auto eléctrico oficial un camioncito de reciclaje bastante hippie, estaciones de bicicletas y el trolebús que se jacta de ser un vehículo de “emisión cero”.


Bicicletas públicas en San Francisco

Mucho viento desde la bahía

Mientras caminábamos por Market Street en dirección a la Bahía se levanto un tremendo viento que casi nos impedía avanzar. Con bastante esfuerzo llegamos hasta el puerto, visitamos las pintorescas pero modernas tiendas para luego ver los barcos que se sacudían considerablemente al zarpar. La vista era espléndida.


Paseando junto a la Bahía al atadecer

De regreso por California St. los árboles decorados con luces comenzaban ad estacar sobre la noche que comenzaba a instalarse sobre la ciudad. Aprovechamos para hacer algunas compras…


Luces navideñas

No, comida china no. Fuimos por un lindo restaurante italiano llamado “Viva”. Nos atedió una mesera simpática que, cosa rara por aquí no hablaba mucho español, y nos preguntó de dónde éramos y nos contó de sus ancestros griegos. Además la pizza estuvo buenísima.

lunes, 29 de diciembre de 2014

Rocas de granito y cascadas en el Valle de Yosemite


Fresno, 29 de diciembre

El programa de hoy era claro y simple: Yosemite. Así que hacia el Parque nos dirigimos. Dada la experiencia de ayer en el parque de las Sequoias, pensamos en anticiparnos y alquilar cadenas. Por suerte, averiguando un poco mejor, supimos que hoy no se requerían a no ser que fuéramos al área de esquí, lo cual no estaba en nuestros planes.

Ticket de entrada al paque Yosemite

Yosemite es un parque enorme. El folleto de acceso te recibe con la siguiente leyenda:

Wild Yosemite
Congress has designated over three milion acres of the Sierra Nevada in the National Wildernes Perservation System. This includes 95 percent of Yosemite National Park... Wikdernes is meant to protect forever the land's natural conditions, opportunities for solitude and primitive recreation, and scientific, educational, and historical values as wel as watersheeds, air quality, and wikd life habitat. In wilderness people can sense being a part of the whole communitiy o life in the Earth. perserving wilderness shows restraint and humility and benefits generations that will follow us.

Y hermoso. Un día puede ser poco para verlo en su totalidad. Nos fuimos con esa sensación. Para los que se pregunten si se parece al Nahuel Huapi... diría que mas o menos. No hay un lago imponente. Hay otra flora y otra fauna. La belleza pasa por otro lado: hay domos de granito y cascadas de una altura descomunal. Los árboles también son altos. Todo fluye hacia arriba, como buscando el cielo, vigilado por los cazas que no dejan de recorrerlo dejando sus estelas blancas.

Los "cazas" sobre Yosemite
Ingresando al parque
Accedimos por la zona sur, por Wawona, lo que nos fue llevando por un sinuoso camino rodeado de bosques y un extenso túnel inmerso en la roca.

El túnel en la roca
La salida del túnel se corresponde con una vista espectacular del Valle de Yosemite, o más bien, de una parte de él. Resulta una parada necesaria para ver esas rocas majestuosas y ensayar las primeras panorámicas.

Majestuosas rocas de granito

Lo que sigue es el corazón de Yosemite. La primera parada nos acercó a un paisaje algo helado. Casi se nos congelaron las manos en el intento de capturar la esencia de la increíble cascada.

Horse Tail Fall
El frío fue tal que el paso siguiente fue ingresar en una tienda para comprar guantes, ya que de otra forma que no podríamos disfrutar la jornada. Imposible no comprar otros artículos en una tienda tan nutrida!

Senderos en Yosemite
Ya equipados lo que siguió fue un recorrido a pie hasta el mirador de las cascadas más populares Upper al Lower Yosemite Falls. Había bastantes turistas, todos con sus tripodes tratando de llevarse las imágenes de recuerdo. Nosotros eramos más entre tantos... visitamos también un pequeño centro de interpretación en donde se describían los origenes geológicos, las diferentes rocas graníticas y algunos otros aspectos sociales y culturales en relación al parque.

Para continuar la vista, optamos por el shuttle de Yosemite. Un bus híbrido con paradas regulares en el extenso parque. Con el bus pudimos ver otras áreas como los campings. Vimos carpas tan equipadas que hasta precían tener estufas de tiro balanceado, o algo similar. Nos quedamos con la duda. Llegamos finalmente al área de Lake Mirror y tras una caminata algo acelerada llegamos al lago que, a mi criterio, está bastante reducido, no sabemos si es normal o por alguna sequía estacional. 

Lake Mirror

Como sea, la vista es magnífica y vale la pena en un 100%. Tras capturar las fotos emprendimos el regreso porque el sol comenzaba a ocultarse. El camino pronto se volvió oscuro. Muchos turistas pasarían la noche en el parque, pero nosotros no. Las curvas y contracurvas del acceso eran menos encantadoras por la noche...

Llegamos al rededor de las 19 a Fresno. Pero era ya una muy cerrada noche y lejos quedaban los luminosos paisajes de Yosemite.




domingo, 28 de diciembre de 2014

El parque de los árboles gigantes

Fresno, 28 de diciembre de 2014


Antes del amanecer despertamos por medios naturales, efectos del Jet Lag que en estas circunstancias es toda una ventaja. Así que aprovechamos el envión para el primer destino, el Sequoia National Forest. 
De Los Angeles a Fresno
Saliendo de Los Ángeles y su maraña de autopistas, encontramos el camino gracias al gps, que nos llevó tranquilamente entre viñedos, naranjos y siluetas montañosas azules. Un paisaje de ensueños en un día impecable. Pronto estábamos en Three Rivers, donde creí reconocer, quizá, el motel en el que había estado alojada hace unos ¿30 años?, a un lado de la ruta de acceso.

Obligatorio portar cadenas

Al llegar al parque, nos recibieron con el aviso de que era obligatorio portar cadenas. No muy convencidos, porque creíamos que nuestro auto era 4x4, pegamos la vuelta hacia el alquiler más cercano, justamente en Three Rivers una milla más atrás. La cola era larga y la aventura nos hizo perder una hora, pero decidimos resignarnos al consejo. 

La entrada al parque
Finalmente al entrar al parque, con una sonrisa de oreja a oreja el guardaparque nos dijo que las íbamos a necesitar, que no habíamos desperdiciado nuestro dinero... bueno, nos quedaban dudas.

Ingresando al parque

Ingresando al parque no vimos nieve pero no tanta... no muchísima. Se notaba que algunas horas antes el asfalto había estado cubierto de hielo, pero a la hora que llegábamos nosotros bajo el sol del medio día, prácticamente se había derretido. De todas formas, las curvas eran pronunciadas y la pendiente importante. Pero, claro, como el estado del camino era impecable y las medidas de seguridad muy serias, por lo que no había mucho de qué preocuparse. Finalmente pusimos las cadenas porque vimos que otros lo hacían, aunque nos quedan dudas de si realmente fue necesario.

Sequoia gigante en Giant Forest

Los árboles son magníficos y majestuosos. Enormes. Vimos a la famosa sequoia Gral. Sherman, el árbol más grande del mundo, que se encuentra en Giant Forest. Había bastante gente para ser domingo, por lo que se improvisaban ciertas colas para sacar fotos. Llegamos luego hasta la zona de Wolverton, donde la gente utilizaba sus trineos como otra forma de disfrutar del parque. Luego emprendimos el regreso, el camino ya que debíamos preveer que las horas de solo comenzaba a acabarse.

Wolverton

El camino de regreso se lo debemos al gps, aún cuando en cierto momento comenzamos a desconfiar ya que nos enredó en pequeñas rutas oscuras. Sin embargo cumplió en tiempo y forma. En algo más de dos horas llegábamos a Fresno dispuestos a buscar a nuestro hotel para pasar la noche. Más tarde descubrimos que el gps había quedado configurado para esquivar autopistas... 

sábado, 27 de diciembre de 2014

Back to the U.S.A

Atlanta, 27 de diciembre de 2014

Hace más de 10 años que no viajábamos a los EEUU en plan familiar, pero tarde o temprano siempre volvemos... y aquí estamos otra vez con la Visa de Turista al día, bien dispuestos a viajar por faraónicas autopistas y a combinar aviones como si fuesen subterreáneos.

La salida de Buenos Aires, para variar, tuvo sus colas largas... pero a tiempo y sin demora, embarcamos en vuelo de Delta con destino a Atlanta. El viaje pasó rápido con la excelente selección de series y películas. No andaba, eso sí, el mapa de posición del avión. Es una pavada, pero hay que ver cuánto uno se acostmbra a esas cosas...y cuanto siente cuando fallan.

Llegamos a Atlanta antes del amanecer. Los controles migratorios y el traspaso de las valijas fue mucho más rápido de lo que pensábamos. Nos quedaba una larga espera en tránsito a Los Angeles. Por suerte existen los "lounge" de las tarjetas de crédito...

Aeropuerto de Atlanta
El vuelo a Los Angeles fue muy tranquilo y nos ofreció al aterrizajie una espléndida vista de ka ciudad. Llegar es buscar el auto. Alquilamos por Budget que es más barata y hasta ahora, buen servicio.

Aterrizando en Los Angeles

Nos alojamos en el hotel y fuimos rumbo va un Best Buy... pero no conseguimos lo que buscábamos. Se ve que la navidad arrasó con todo...

Y nos fuimos a dormir increíblemente temprano. Es que para nosotros había sido un día de 29 horas....

miércoles, 24 de diciembre de 2014

Últimas horas en Dublin

Dublin, 8 de febrero de 2014

Como solo teníamos medio día en Dublin, resolvimos realizar una caminata por la ciudad, la cual nos llevó a la muy hermosa catrdral de St. Patrick. Para entrar era necesario pagar una entrada, pero sin duda valia la pena. Los vitreaux con las hermosas guardas en estilo celta y el increíble piso decorado en el marco de la construcción gótica... y, un gift shop. Curioso pensar que notables que fueron sepultados en la iglesia, acabaran al lado del gift shop. A propósito del gift shop, me compre un delicioso libro sobre el manuscrito de Kells, cuyos originales se encuetra en la bibliotrca del Trinity College. No hubo ya tiempo para conocer el manuscrito y sin duda, es para mí uno de los principales pendientes del viaje.

St. Patrick

Luego regresamos desde St. Patrick hasta la zona de Temple Bar, la caminata fue de lo más pintorezca puesto que en pocas horas se disputaría un importante partido de rugby: Gales vs. Irlanda. Y más tarde, jugaría Escocia contra Inglaterra. Asi que la ciudad estaba sembrada de vendedores de banderas, chicas y muchachos con atuendos típicos y disfraces... clima de fiesta.

Irlanda vs. Gales: un clásico

Para despedirnos del viaje, pedimos unas cervezas en un pub, mientras, en la previa del rugby, se veía un partido de la liga inglesa de fútbol: Liverpool vs. Arsenal. La goleada del Liverpool fue contundente, y todos en el bar, celebraron.

Al aeropuerto viajamos en taxi, ya que a esta altura acumulamos demasiado equipaje para considerar otras alternativas. La terminal de Aer Lingus, la aerolínea irlandesa, me resultó imponente. Estuvimos buen tiempo allí porque el vuelo se demoró una medía hora. Nos pusimos bastante tensos porque teníamos muy poco tiempo para combinar en Londres a Buenos Aires. No obstante, tratamos de relajarnos y mirar el partido que parecía lo único importante en una terminal semidesolada. Finalmentr ganó Irlanda... y se notaba cierto clima de alegría.
Ganó Irlanda, y todos contentos...

Las normas de seguridad para abordar el avión fueron respetuosas aunque estrictas. En Londres la cosa siempre es un poco más tensa, y si bien te piden disculpas, uno se siente levemente humillado... en fin, todo sea por la seguridad.

Corrimos mucho, pero finalmente llegamos a la terminal 5 gracias a la logística de las short conexión. De todas formaas, demoraron el vuelo unos minutos porque un grupo grande que venía de Francia, también estaba atrasado.


Embarcar el avión lleno de argentinis, incluyendo un grupo de adolescentes en aparente viaje de estudios fue deprimente. Les evitaré los pormenores al respecto porque fue un gran viaje y prefiero fijar en mi retina los frescos de Boticelli, las callecitas de Oxford, los oleos de Turner, y el arquetipico verde de las tierras celtas con sus castillos y sus leyendas...

Verde irlandés

Dublin, 7 de febrero de 2014

Hoy tuvimos una mañana soleada, lo cual, parece ser un lujo en el inestable clima irlandés. Aprovechamos para conocer las afueras y luego de una evaluacion de precios, contratamos uno de esos tours en bus en donde te llevan a destino, te cuentan un poco, te dejan tiempo libre y luego te traen.

Y en ese plan fuimos hasta Malahide y Howth hermosos lugares en las afueras de Dublin.

A medida que nos alejábamos de Dublin, las casitas de ladrillos con techo a dos aguas al estilo británico hasta que el paisaje fue dejando de ser un suburbio para volverse cada vez más verde, intercálandose con iglesias de piedras grises y cementerios con cruces celtas...

Malahide es en realidad un suburbio acaudalado de Dublin, lo cual se advierte por las hermosas casas y los parques. El punto central de la visita fue el castillo que perteneció a Lord Tablot y sus descendientes y que, con 800 años de antigüedad, tiene leyendas e histórias como para que los guias te entretengan. Como todo castillo, tiene su fantasma, en este caso nos hablaron de un tal Puck, pero ya he visto en Internet que hay otras versiones. 

Castillo de Malahide

Pero más allá del fantasma, el ingreso al predio, supone atravesar las ruinas de una abadía (en ruinas desde el siglo XVII) cuyo cementerio aledaño (en donde yace buenapoarte de la dinastía Tablot) parece una produccion cinematográfica (more real tha real!). El predio, bien preparado para el turismo, incluye un espléndido gift shop y patio de comidas.

Cementerio junto a las ruinas de la Abadía

Cruces celtas junto a las ruinas de la Abadía

Luego, fuimos para Howth, un puerto pintorezco en donde pudimos ver los barcos en el puerto, las redes de pesca... almorzamos en un restaurante muy cool. Nos sorprendio que antes de tomar el pedido, nos trajeron una botella de agua y segun pudimos ver, nadie ordenaba otra cosa para beber. Pedimos un menu mas que sencilo, la sopa del dia y fish and chips.... pero venían presentados al mejor estilo palermitano.

En Howth


El camino de regreso por la costa irlandesa, reveló un paisaje encantador, aunque por cierto, el cielo comenzó a cerrarse y con ello, una lluvia fría y finita.

Los hermosos verdes de Irlanda

De regreso a Dublin, hicimos el city tour en bus, ya que lo tenimamos incluidos con el tour contratado y demasiado frío para caminar.... desde el bus volvimos a recorrer parte de los lugares en los que habiamos estado ayer y otros nuevos como la catrdran de St. Patrick, el imponente warehouse de Guinnes y en el enorme parque Fenix...


Y nos fuimos a dormir temprano, el viaje se va terminando y nos espera un día largo....

Descubriendo Dublin

Dublin, 6 de febrero de 2014

Como ya habiamos hecho en otras oportunidades, recurrimos a los tours de Sandoman para acercarnos a la ciudad. El punto de partida fue el City Hall de Dublin, donde la guía introdujo el tour con una rápida reseña histórica: de los celtas, a los vikingos, de los normandos a St. Patrick (¿quizá de origen galés?) a los ingleses y de allí a la hambruna con su diáspora, y al IRA y al "Celtic tiger"... y a la crisis. Como sea, muy rápido todo y demasiado simplificado, y con poco criterio de mi parte para filtrar subjetividadedes... historia para turistas, digamos.

Saliendo del City Hall caminamos hacia el area vinkings y medieval, donde se encuentra el "castillo" que en rigor no lo es. O al menos no es lo que uno esperaría ver. En la actualidad se compone de una serie de construcciones y reconstrucciones mas o menos neogoticas 

El castillo de Dublin

En la zona del castillo puede verse una curiosa representación de la
justica que data de tiempos de administración británica (no tiene los ojos vendados)

Luego caminamos hacia el Dubh Linn, que alude a las tierras negras y pantanosas en las cuales desembarcaron los vikingos. Dubh Linn es ahora un jardín con caminos serperteantes y césped verde que funciona, adcionalmente como helipuerto.


Dubh Linn

Luego visitamos la Christ Church Cathedral, un templo anglicano, en pais católico. Alli supimos sobre los hallazagos arqueológicos vikingos que se encontraron cuando se iniciaron las construcciones de algunos edificios públicos en tiempos del milagro irlandés. Sobre el pavimiento, los adoquines muestran un plano de ls distribucion de las viviendas vikingas. Ademas supimos de un museo muy didactico sobre el tema, con muy buenas referencias aunque no visitsmos por falta de tiempo. Otro de los hitos interesantes del tour fue, la ribera del rio Liffey, que dividia la ciudad, en el pasado, no solo entre norte y sur sino tambien entre ricos y pobres...También el paseo por la zona de Temple Bar, sin duda la mas bohemia de Dublin, con sus musicales y coloridos pubs.

Temple Bar

Luego visitamos el Trinity College, que mal que les pese a los irlandeses, les diré que fue fundada por Elizabeth I en el siglo XVI y es una prestigiosa Universidad, para finalizar en el parque de St. Stephens En sintesis, caminamos por mas de tres horas y nos llevamos una impresión general de Dublin...

Trinity College


Más por la tarde, seguimos por nuestra cuenta. En el museo de antropología, aunque pequeño, vale la pena si te interesa la historia antigua y medieval de esta isla a la que nunca llegaron los romanos. Lo que mas interesante me resultó, fueron hermosas piezas de joyeria en oro...

Motivos celtas en el museo de antropologia de Dublin

De regreso al hotel, atravesamos uno de los puentes del río con los reflejos del ocaso. Nos metimos en un shopping bastante grande, aunque no tanto. Habria que haber conocido a Irlanda antes del boom y durante. Y ahora. Hay crisis. Pero la ciudad, no luce para nada miserable.

Puente sobre el río Liffey


A lo lejos, vimos otra vez The Spire, una escultura que nos recordo el obelisco de Buenos Aires, pero metálico y muuucho más alto....

The Spire


Fue un día larguísimo....


En viaje a Irlanda

Chester-Dublin, 5 de febrero de 2014

El día comenzó complicado con un email de la Irish Ferrylines, avisando que nuestro barco estaba demorado por cuestiones climáticas. En vez de 14:10, saldría 16:30. En efecto, el día estaba bastante feo, así que optamos por remolonear un poquitín, alargar el desayuno y realizar un pequeño paseo por el centro de Chester antes de tomar el tren hacia Holyhead.


Camino a Holyhead

Geolocalizándonos

El trayecto en tren por tierras galesas fue delicioso. El mal tiempo, ofrecía algunos flancos de luz, sobre colinas verdes, ovejas pastando, castillos antiguos, puentes, barcos, casitas con techos a dos aguas... y hasta un arcoiris. Al llegar a Holyhead, hicimos rapidamente los trámites para embarcar y almorzamos en el bar de la sala de espera. Los letreros anunciaban claramente: sea condition, roug. Pero pese a los malos augurios, embarcamos puntalmente.

El ferry era enorme, varios pisos, bares, cine, free shop... diseño noventoso, podría decirse.

No es un hotel ¡es el ferry!

Previsiblemente, se movió bastante, pero llegamos a la terminal del puertonde Dublin con muy poca demora, llovía un poco y estaba ya bastante oscuro.

Como veníamos con inercia británica, tuvimos la intención de tomar un bus... pero la lógica del transporte público no se aplica a Irlanda. El bus no llegaba asi que, dada ls lluvia, el cansancio y el consejo de un dublinense, tomamos un taxi.


El hotel en el que habíamos reservado, en rigor, no era exactamente lo que esperábamos. Se trataba de una cadena norteamericana, que probablemente habia invertido en Dublin en tiempos del milagro irlandés, pero ahora, se encontraba con falta de mantenimiento y algo lejos de los stándares de limpieza británicos a los que veníamos acostumbrados... en cualquier caso, lo tomamos como una anécdota más y nos fuimos a dormir... estábamos destruidos.